El Tao del Blog y de Toda mi Vida

10 de diciembre de 2008


Antes que nada, y por que sé que jode bastante, quiero pedirles disculpas a todos los navegantes que buscando información sobre la Dinastía Ming, han arribado en esta orilla sin conseguir dato alguno. No obstante, este blog está vinculado a China, ya que un servidor es un amante de su cultura, su folclore, y todo su legado literario y espiritual. Tal es así, que la profesión que desempeño de forma vocacional es la medicina tradicional china, y otras terapias afines a esta.


También he de decir, que mis gustos y pasiones no quedan agotados a este lugar de oriente, pues me considero un ser ecléctico, y abierto a cualquier manifestación cultural siempre que posea identidad y estética.


En este escaparate de ideas, podrá encontrar un poco de todo, reflexiones, odiseas profundas del alma, poesía escrita por mí, y una chispa de humor, que tan taoista es, y que ayuda a los músculos faciales a no atrofiarse.


Siendo consciente de que los medios de comunicación, están sometidos a manipulaciones políticas, y a controles por parte de sus patrocinadores, es necesario que en este espacio no haya lugar para las mentiras, ni para las calumnias, por lo tanto nunca diremos cosas como que Felipe González fue el primero que se inyectó foam líquido en los labios, y quizá de ahí venga lo de los chorizos; o como que han visto al periodista César Vidal, cantando alabanzas junto a Aute, Pedro Guerra y Javier Krahe, en un tributo a Santiago Carrillo en la puerta de la mandrágora.


Por supuesto que tendrán cabida afirmaciones como que Naciones Unidas continúa sin tener voluntad de ningún tipo para arreglar el mundo, ya que esta institución sigue actuando bajo los finos hilos del imperio capitalista. Prometo no comentar nada sobre los chupa cabras, o sobre Chem-Trails, porque ciertamente el fenómeno acojona.


Entonces es evidente que es un sitio donde se dirán verdades como puños, pero por favor, me exijo a mí mismo que dichos puños no contengan rosas rojas. Las gaviotas también quedan totalmente excluidas. Es decir, somos mas partidarios del cardo borriquero y del chamariz, que así es como apodaban a mi abuelo. Aclarado pues que no comulgo con religión alguna, ni profeso ideologías concretas, y que no pertenezco a ninguna afiliación política, vamos que no me caso ni con mi padre, será una empresa muy fatigosa, el intentar catalogar mis apreciaciones como rojas, azules, verdes o magentas. El amarillo no lo incluyo, porque este sacro color lo lucía como nadie, mi siempre amadísima Yolanda Ventura Román. En resumen, que el plumero no me lo verán ni en los carnavales que tanto me gustan.


En cuanto a mis personajes favoritos, les contaré que soy un admirador de Lao Tsé, de Chuang Tsé, y por supuesto del Cristo, tal cual, sin lo que hubo antes, ni lo que inventaron detrás. Y sin pretender alegrarle el oído a nadie, me declaro un adorador de la mujer en todas sus expresiones. Añadir que no me gustan las drogas, ni la tortura que sufren los ponys de feria, ni el flamenquito de ahora, ni los dibujos animados de hoy en día. Tampoco me hace gracia la figura de San Pablo, ni antes ni después de que se cayera del caballo. Personalmente pienso que el golpe en el coco tuvo que afectarle el lóbulo temporal, que es el área cerebral encargada de la memoria, pues que pronto se olvidó del mensaje crístico, acomodando su doctrina, a su medida represora y misógina.


Aclarar a este respecto, que afortunadamente en mi corazón no reside el rencor, y que mi principio es el respeto hacia toda existencia, bien sea persona, animal o cosa, y que mi única intención es evidenciar los aspectos que desconciertan de la realidad. Deseo agradecer a Draker su desinteresada colaboración en el diseño de este blog, y digo desinteresada porque no se interesó en el tema cuando le pedí ayuda. Es broma, un saludo afectuoso para él. Gracias a Vino, mi perro guía, por formar un Tao conmigo, y por sacarme de más de un apuro, como mi fiel escudero que es. Gracias a ustedes por leerme, y gracias a un señor con gafas y barba de nieve, por enseñarme a ver en el camino de la vida, que no es más que un agradable detalle en el milagro de la eternidad.

Escrito por: el Juan An.

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