Poema: "¡Cómo Pudo Ser!"

23 de diciembre de 2008

¡Cómo pudo ser!
Por Juan An.
Ahora descubres que era especial.
Hoy que ya no eres carcelero de su amor.
Cómo no la viste especial,
tú, que tus ojos clavar pudiste
en la materia oscura de sus pupilas?
Cómo no la viste especial,
tú, que lograste alcanzar el delirio
en un gozo de vientres y lenguas?
Cómo no la viste especial,
tú, que fuiste impulsado
a un círculo de trance inefable?
Cómo no la viste especial?
Cómo pudo ser
Tú, que eras invitado de honor
en el palacio de las ternuras.
Tú, que tomaste de lo fémino
lo que no te merecías.
Cómo no la viste especial,
tú, que alunizar pudiste
en la mística noche del encuentro?
Cómo no la viste especial?
Tú, que obtuviste el mayor regalo.
Tú, que hallaste la mejor coartada.
Cómo pudo ser!
Tú, que en dones recibiste
el producto más eterno.
Como un arco iris
al que no le precediera la lluvia.
Como el brillar de luciérnagas
que no precisaran oscuridad.
Cómo no la viste especial?
O más que especial...
Cómo no viste a una deidad en tus brazos,
a una diosa de sagrada feminidad!
Cómo entonces, siendo un hombre,
pudo ser que nada fuera.

Poema: "A Pilar."

A Pilar.
Por Juan An.

El pilar que te sustenta
de pedrería se baña,
gemas preciosas
colorean tu alma.
Posees la paz del cuarzo rosa,
esa luz de la aventurina,
del ambar la elegancia,
del granate su alegría.
Tu fuerza es de amatista,
tu paciencia de jaspe,
con tu hacer encantaste
como rosa arenisca.
Eres piedra protectora
de atención esquisita,
cuidando el detalle
como una fluorita.
Tu afán de justicia
en el cobre se nutre,
y como turquesa
otro día reluces.
El pilar que te sustenta
de pedrería se baña.
Son gemas que engalanan
esa riqueza que guardas

Poema: "La Música Habla de Ti."

La Música Habla De Ti
Por Juan An.

Hoy la música habla de ti,
es un beso del sonido, el arrullo del violín.
Hoy la música habla de ti,
y en la nota de pan de una flauta, tu voz,
la voz que insufla un mundo azul, la voz sin pauta.
Hoy la música habla de ti
en la noche veraniega que no se quiere dormir.
Me habla de ti,
con nostalgia que no amarga, pero hace revivir.
Con una escala que abre el cielo, como se abre tu corazón.
Hoy la música habla de ti, y se hace barca de un amor.
Me habla de ti,
y excitada me clava su alabarda de luz.
Me habla de ti,
y nos une en la distancia con la magia de un laúd

Preservar la Salud en Medicina China.

17 de diciembre de 2008







Escrito por: El Juan An.


Uno de los intereses fundamentales de la medicina tradicional China, sin duda es la prevención de enfermedades y malestares del alma. Aunque obviamente es una medicina capaz de sanar patologías ya instauradas, su principio es preservar la salud del individuo y de la comunidad.


Es razonable que esta forma que tenían nuestros antepasados de concebir la salud fuese tan valorada, ya que su actividad era eminentemente agrícola, y por lo tanto el sustento y la supervivencia de sus clanes dependía de un estado óptimo de las facultades físicas y mentales de los campesinos. En este sentido cabe rescatar una máxima de un texto antiguo de Medicina Tradicional China, en la que se dice lo siguiente: “Un buen médico es aquel que sana antes de que surja la enfermedad, un médico mediocre es aquel que sana cuando la enfermedad empieza a manifestarse, y un mal médico es aquel que sana cuando la enfermedad ya ha aparecido.” Sin duda podríamos decir que establece un planteamiento totalmente contrario al que se utiliza en la medicina occidental, donde la enfermedad se ha abordado más con una actitud invasiva y con excesiva incidencia en la sintomatología.


Es por ello que, debido a la importancia que tiene el vivir acorde con los acontecimientos universales y cosmogónicos en los que estamos involucrados los seres humanos, y considerando nuestra realidad espiritual, energética y afectiva, quiero aportar en este apartado algunas de las medidas y hábitos de vida que la tradición médica de oriente nos ha entregado como preciosa simiente de una longevidad rebosante de vida y alegría.


Si lo que caracteriza a la vida es el movimiento, vamos a tener la precaución de movernos ágilmente a nivel de pensamiento, sentimiento y acción, para prolongar nuestra existencia y hacer que estos tres planos se alineen entre ellos. Así conseguiremos que lo que pensemos esté en sintonía con lo que sintamos y con lo que posteriormente vayamos a realizar como acción, integrando estos tres tipos de movimiento. Un ejemplo de desalineación es el siguiente:


Hemos pensado en cocinar un pollo a la Pantoja y acompañarlo con un Lambrusco, pero en realidad sentimos que deseamos mejor un sabroso Solomillo relleno de ciruelas pasas y orejones, con un buen Marqués de Murrieta, y al final en la acción terminamos encargando por teléfono unas hamburguesas de carne de Trols y unas Coca Colas “light.” ¡Vamos, para darnos con una babucha en el cielo de la boca!


Pues un primer ejercicio preventivo para unir estos tres niveles es movilizar todas las articulaciones del cuerpo una por una, desde los dedos de los pies hasta la cabeza, pasando por tobillos, rodillas, caderas, cintura, columna, dedos, muñecas, codos, hombros, cuello, mandíbulas; realizando la movilización de las articulaciones en todas sus posibilidades, lentamente, y de forma circular en las que lo permitan, o bien haciendo flexiones con los dedos, rodillas, torso y codos; respirando profunda y suavemente. La columna vertebral la calentaremos inclinándonos hacia delante he intentando tocar las puntas de los pies.


¡Ah, una sugerencia! Si al agacharse se le escapara alguna traca, recuerde que siempre se le puede echar la culpa al perro. Así vamos a conseguir que nuestra energía, o Qi como la denominan los orientales, fluya libremente, como un riachuelo de aguas vivas, ya que dicha energía suele estancarse en las articulaciones produciendo diversos desarreglos.


Podemos asegurar con conocimiento de causa, que este sencillo trabajo de Qi Gong ha ayudado a personas con enfermedades degenerativas del sistema neuro-muscular a tener una muy aceptable calidad de vida. Indicado en dolores y en todo tipo de patologías. Indicado para personas sedentarias que se mueven menos que el representante de Dyango. Es recomendable practicarlo al menos cinco u ocho minutos cada día al amanecer.


A nivel de pensamiento es necesario no mantener prejuicios, ni estructuras mentales fijas y rígidas, intentando pensar más unitariamente.


En cuanto a los sentimientos, por favor no seamos esclavos de sus embates, para que nuestro espíritu pueda danzar jubiloso cual hechicero, sin la pesada armadura en la que llegan a convertirse las emociones bloqueadas.


El humor:


¡Ay, el humor! ¿Qué decir de él? Pues algo se puede decir. Quizá sea el más serio de los sentidos, y por ello nos atrevemos a comentar que es de vital importancia para sentirnos vivos. El humor es reírse, sí, de cualquier cosa y hasta de nuestra sombra, pero es mucho más que eso. El humor es un estado anímico donde reconocemos el chiste que es la vida por sí misma, y en este descubrimiento mantenemos una alegría fresca, espontánea, que transciende los acontecimientos aparentemente buenos o malos. A veces es una carcajada sonora, otras veces es una mirada luminosa y tierna, en ocasiones el humor es una respuesta ingeniosa que asombra. Y en otros momentos se antoja como un sortilegio de Kabukis y colores. Sería una alegría que se siente en el corazón por el simple hecho de estar vivos. En palabras de mi maestro: “del humor emana el amor que aleja el temor y disuelve el tumor.”


Y así, con ese sentido preventivo en el que estamos intencionando, dispongámonos a aspirar permanentemente ese aromático humo que dibujando una sonrisa va descendiendo del gran humorista de la creación.


La sexualidad:


Como al fin hemos descubierto que el sexo no es pecaminoso, y que por el contrario conmueve sensiblemente al espíritu, elevándolo a estancias sagradas, vamos a cuidar que cada relación íntima esté basada en algún nivel de afecto. El tiempo deberá pararse, de forma que el encuentro entre los amantes sea prolongado y libre de cualquier presión. Los Chinos llamaban a esto recuperar el buen insomnio.


La vestimenta:


Cada cual debe vestirse como desee, pero desde un aspecto preventivo es importante que la ropa no esté demasiado ceñida. Procurar no apretarse mucho el cinturón, y si en algún momento nota que se le salen los ojos de las cuencas, pruebe a aflojarse un poquito los cordones de las botas. Los mega-relojes de pulsera tipo “pelucos” cuélguelos mejor en la pared del salón y disfrute luego de su nueva mano.


La alimentación:


En relación a la alimentación habría que tener en cuenta aspectos como el sabor, el color y la temperatura de los alimentos. La tradición es clara cuando se refiere a cuidar los sabores, por ser estos los que desde un planteamiento energético van a nutrir nuestro organismo, siendo el salado un sabor que nutre a los riñones y el ácido un sabor que nutre al hígado. El amargo se corresponde con el corazón, el dulce y el insípido pertenecen al bazo y el picante al pulmón.


En esta esfera de acción de los sabores como sustentadores de los órganos, no contemplaremos los principios inmediatos de los alimentos, ya que estos pertenecen a un enfoque material de la nutrición, donde se tienen en cuenta las sustancias químicas. La recomendación es que incorporemos a la comida una pizca de cada sabor, jugando con las diferentes combinaciones, pero teniendo la precaución de dejar siempre uno fuera de estos cinco sabores que hemos mencionado. Así evitaremos estancamientos de el Qi. Ejemplo: “si tomamos ortiguillas, servesita, asitunitas aliñá y caracoles en el Bartolo,” es decir, salado, amargo, ácido, y picante, deberíamos de no tomar postre dulce en esa comida.


Los colores de los alimentos también van a nutrirnos por la influencia de su energía cromática, así que cuidemos su presencia en la presentación de los platos, procurando realizar una artística conjugación de los mismos, dando nuestro personal toque de belleza. Tratemos de no ingerir alimentos fríos, nuestro estómago es amigo del calor, y acepta bien los alimentos calientes. Así su trabajo energético requerirá menos esfuerzo, y el Qi se distribuirá libremente por nuestras vías internas. Por tanto, si en un bar nos ponen un vaso de agua, y notamos que esta está más fría que la medalla de Drácula (que es como habitualmente la sirven), esperemos un poco, para que nuestro fuego no se avive más de la cuenta en su intento por calentar el producto que le ha llegado. Teniendo en cuenta esta recomendación, estaremos cuidando considerablemente nuestra vitalidad.


Los productos, a ser posible, que procedan de la zona y de la estación. Es una buena costumbre quedarse con un poco de apetito, en lugar de darse atracones. No quiero olvidarme de algo que me parece muy necesario, bello y solidario, que es agradecer al Cielo los alimentos que vamos a tomar. Quien no sea creyente puede dar gracias a la vida o a la naturaleza, pero que no pase por alto esta digna disposición. Son muchos los seres humanos que no tienen nada que llevarse al estómago, por eso y sin caer en sentimientos de culpa, seamos agradecidos por el privilegio que supone poder comer todos los días de la vida.


La respiración:


La respiración constituye nuestra alimentación celeste. Se nos da gratuitamente, sin hacer nada para obtenerla. La respiración nos hace ser inevitablemente solidarios, ya que respiramos aire que procede de todos sitios, incluyendo aquellos lugares de los que muchas veces, por causa de nuestro ego, no queremos saber nada. Respirar con el abdomen es recuperar nuestra respiración más instintual, aquella que realizábamos de niños tan naturalmente. Cuando respiramos sólo a nivel torácico, estamos limitando nuestras capacidades. Si la respiración es profunda y umbilical, el diafragma baja y nuestros órganos reciben constantemente un masaje en el que se moviliza el Qi, y se mantiene una depuración y un buen funcionamiento orgánico. El aire que reciben nuestros pulmones está cargado de información de la que luego nos impregnamos, pudiendo ser una oportunidad de recordar, aprender, e intuir acontecimientos que aún no han sucedido. Por eso, quienes practican trabajos respiratorios, saben que éstos favorecen la amplificación de los estados de la conciencia.


Quedémonos tranquilos, respirando profundamente, unos minutos al día para que el Prana del cielo realice su alquimia, y se produzca en nuestro cuerpo la Gran Obra, como así le llaman los Taoistas.


La siguiente medida preventiva no la enunciaré, sino que la introduciré a modo de eslogan publicitario:


“¿Es usted más serio que Rouco Varela en un concierto de Tabletón? ¿Desde cuando no formatea el disco duro de su cerebro?¿Se siente más perdido que el Po Zí en Cuarto Milenio?”


¡Pues medite, cooñoo! Si contemplamos la naturaleza descubriremos que todo el universo medita con su fusión de quietud y movimiento.


Una posible forma de meditar:


Siéntese en el suelo sobre un cojín, con las piernas cruzadas, la columna recta y los hombros relajados, ponga las manos abiertas sobre las rodillas con las palmas hacia arriba. Una los dedos índice y pulgar de cada mano formando un círculo, y extienda los tres restantes. Pegue la punta de la lengua al paladar, cierre ligeramente los párpados y respire serenamente, llevando el aire a la zona del ombligo. Cuando nos asalten los pensamientos, pase totalmente de ellos, como cuando pasaron de usted aquel sábado en el que todos se fueron de barbacoa y no le avisaron. Al principio atacarán como avispas, pero déjelos, no se enganche. Piense que su mente es un río que atraviesa y que su corriente se lleva esos pensamientos. Ayúdese, si lo precisa, visualizando una luna plateada. Realícelo sistemáticamente todos los días quince minutos al menos, procurando no moverse. Los sentidos se irán purificando y amplificando, permitiendo a su corazón que se desencadene de juicios dualistas.


Así evitaremos que la energía “Yin” se estanque y conseguiremos que la energía “Yang” se ritme para que no se escape violentamente. Al bajar la intensidad respiratoria no avivamos el fuego interno, impidiendo así que éste consuma el agua. De esa manera el eje agua-fuego se mantiene en equilibrio. La meditación es el ayuno mental, es limpiar el polvo del espejo de la mente para que refleje como el primer día, en nuestra insólita travesía por las estrellas.

Espiritu de los Sueños.

10 de diciembre de 2008

¡Oh, espíritu de los sueños más profundos, dime que es verdad, que existen esos lugares!

¡Dime que es cierto, que en algún rincón del universo o más allá de sus confines, cobran vida mis quimeras!

¡Ay, espíritu de los sueños maravillosos, mala muerte me espera, si no pudiese volar de nuevo hacia ellos!

¡Ay, espíritu de los sueños exóticos, tan exóticos, que jamás se podría explicar su esencia última, pués las palabras brotarían tan desalmadas y deslucidas que nadie sería capáz de comprenderlas! Porque en esas dimensiones los paisajes, las calles y los cielos, son diferentes. El dorado es algo más que un color, y los azules consiguen raptar perdidamente los sentidos. pues en esas estancias, se respira una extraña fantasía sanadora, sensaciones febriles pero apacibles. En esos espacios, quién sabe si inmaginarios o verídicos, la Emperatríz china, se halla cerca de mí, tanto que el calor de su rojo lecho puede aliviar los temblores que arrastro desde ese gélido mundo de la vigilia, del cual todos somos esclavos. Quien me pueda acusar de ser un exagerado e iluso orador de imposibles, es porque jamás ha sentido en su pecho la libertad de una ilusión íntima. Porque nunca se dejó envolver por el encantamiento de esos ensueños, de los que no querría volver mientras tuviese conciencia de estar vivo.

¡Ay, espíritu de la locura enamorada, rescátame otra vez que pueda abstraerme de una ciencia demasiado pétrea y gris, y de nuevo, balancearme entre los destellos y las sombras, de mágicos jardines secretos. para derramarme de gozo junto a ella, que allí en su palacio púrpura aguarda paciente, mientras se trenza el cabello junto a hermosos arreglos florales! Y que cuando regrese, todos puedan leer en la expresión de mi rostro, los versos incandescentes que describen ese paraíso. Porque mucho me temo que mi prosa opaca, hoy ha vuelto a rendirse en el osado intento de desvelar lo que más allá de las cumbres vaporosas de la noche, habita misteriosamente.

Escrito por: el Juan An.

La Montaña de las Maravillas.

Quiso el universo que aquella nueva alborada fuese adornando el aire de un minúsculo polvo dorado. Bajo un infinito pañuelo de celeste seda, se alzaba virgen y esplendorosa una montaña esmeralda. Como antesala se pronunciaban verdeados montículos repletos de zarzamoras. Por entre las retamas moraban unas nerviosas lagartijillas que presumían de ser las guardianas del entorno.

Junto a mi acompañante en aquel viaje, y apoyándome en una rama que tomé a modo de bastón, comencé a ascender por un sendero. Era un pintoresco camino salpicado de blancas piedras, tan blancas y radiantes que me hubiesen dañado la vista de haberlas observado con mis ojos físicos. Me incliné para escrutarlas, al tacto eran de una extraña suavidad, tan sutil que sólo pudieron ser esculpidas por los dedos de un artístico dios vivo. Sin duda, el más virtuoso de los escultores.
Rociados con la gracia de un sol de media mañana, anduvimos un rato, y siempre flanqueados por la azulina sombra que proyectaban los hermosos chopos y encinas que crecían en la linde del camino.

Poco a poco mi voz se iba entrecortando, y mi piel se encendía por el sofoco del trayecto. Pero más se encendió mi espíritu de asombro cuando al fin, a mi izquierda, empecé a escuchar un insistente cascabeleo de aguas. Habíamos hallado el río. Entusiasmados como infantes excursionistas, decidimos abandonar la senda para precipitarnos por la oscura y frondosa vegetación que se extendía casi al borde de la estrecha cuenca. Pero nos fue imposible llegar al agua, pues entre las piedras de la ribera, unas zarzas rojas se levantaban imponentes, como para proteger con su vida aquel tesoro de la acuciante mano del hombre.

En su rama, un aquietado pajarillo de plumas blancas y añiles hacía aún más exótico y misterioso el panorama. Varias cascadas derramaban sobre el río su cortinaje de plata, en una eterna dedicación al encanto. Entre la húmeda hierba de la orilla brotaban unas pequeñas margaritas salvajes, de un amarillo tan intenso como la mirada de fuego de un búho en la noche, y tan bonitas que no habría amante que en su incertidumbre de pasiones se atreviese a deshojarlas.

Recuerdo que mientras buscábamos la ruta para retomar el ascenso por la montaña, de pronto sentí un agarrón. Mi cabello se había enredado en un arbusto. Pensé que sería una señal, como para advertirme de que todo lo que me estaba aconteciendo era una verdadera ofrenda que me hacía la vida. Fue como si en un tirón de orejas me hubiesen dicho: "oye, pendejo. Este muestrario de paz enamorada que hoy se te revela no es para que sea desechado en el primer arrebato que vivas, sino para que lo incorpores en tu corazón por siempre.

Con arcilla en los pantalones y un ligero apetito por el desgaste, culminamos la subida. Allí en la cumbre, el manantial surgía con una dinamica transparencia, como si en cualquier tramo en el que nos lo encontrásemos anhelara seguir seduciendo con su vigor y alborozo. Unos albergues de piedra lisa, austeros y escasos de utensilios, se repartían por la explanada. Después de curiosear en las ruinas de una antigua ermita, un deleitoso sonido dirigió nuestras cabezas hacia la derecha. "¡Hola!", nos había dicho una lozana muchacha, que paseaba en soledad, y envuelta en un largo vestido de tonos corintos. El eco de su musical saludo, y una espléndida sonrisa en sus labios manifestaba la alegría y la dulzura de quien vive en alianza con los latidos de su pecho, y sin duda, en completa comunión con la sagrada fuerza de aquel lugar. "¡Hola!", respondimos abiertamente.

Más tarde, y ya durante el descenso, casi flotando e inmersos en un semi-estado de contemplación, volvimos a divisar nuevas piedras, pero esta vez de un color rojizo. Parecían como si definitivamente se hubiesen rendido ante tanto sortilegio, dejándose teñir por la vaporosa y atardeciente luz de un día que avanzaba.

Un perdido y escueto prado situado en un claro del bosque se hallaba vestido con sus mejores galas. Sobre él, un impoluto manto tejido con miles de flores blancas rezumaba, en su silencioso existir, la magnificencia de lo ínfimo. La más elevada vibración de la naturaleza. Era manzanilla silvestre. Pude descubrir que ninguna ceremonia lució jamás alfombra más elegante que aquella.
Proseguimos la aventura. Nuestros sentidos se expandían en una absoluta entrega. Yo no quitaba oído a ningún ruido que proviniese de la tierra, y de las altas copas cuajadas de yemas y nidos de aves. El paisaje era una auténtica fiesta de matices, aromas, sonidos y tonalidades. Especies herbáceas de perfumes mentolados crecían junto a unos sempiternos castaños. Ululantes mariposas de alas anaranjadas se recreaban en cada flor. Plantas de hojas laureadas ofrecían suculentos frutos de un violeta rosado.

Tras una bajada en desnivel, y cuando inocentes creíamos que el peregrinaje se estaba consumando, de nuevo el destino nos quiso desvelar una última joya. Una vez más se nos había cruzado el río. Ahora fluía ante nuestros tambaleantes cuerpos, pero en esta ocasión sin fortines que lo custodiasen. Sentí que generosamente había desplegado para nosotros su mágica estampa. Era más luminoso, profundo y lento que en la cima. En una apacible fase de ensoñación nos sentamos en su borde rocoso. Los rayos de un sol vespertino dibujaban fantasías entre sus propios haces, los que parecían confabular con las aguas. Su luz flotaba sobre la corriente como una balsa de energía líquida. Sendas cascadas discurrían esbozando una rítmica sinfonía. A ambos lados del río, se acumulaban rocas tapizadas de un verde y brillante musgo. Más al interior, y frente a los árboles, nacían unas enanas campanillas lilas. En un impulso me descalcé, y hundí mis pies entre las gélidas ondas del agua, en un intento por fusionarme con todo ese universo de amor que a mi alrededor coexistía. Ni en mis sueños más románticos habría ideado un lugar tan insólito y especial, perfecto para retirarse a meditar, o a cultivar la escucha interior. O mucho más sencillo, para acudir con luna llena, en buena compaña, y bajo las estrellas de una madrugada de julio, a desgranar conversaciones íntimas.

Aquella noche al acostarme y tornar los párpados, comenzaron a flashear en mi mente las improntas de cada recuerdo, cada sensación vivida. Tras una vaga neblina iban sucediéndose todas las imágenes que de alguna forma me llegaron en aquel bienaventurado día: el pajarillo azul, el prado de las manzanillas, el río acariciando mis pies, la muchacha junto al santuario...

Jubiloso, sólo pude dar gracias al cielo por haber sido espectador de una obra tan magistral. Prometí contarlo, y luego me quedé dormido.

Escrito por: Juan An

Historias de Ciegos (Lo que el Ojo no Ve).







"Texto de humor"

En este artículo quiero repasar de forma desenfadada, las más divertidas preguntas y lindezas varias que a lo largo del tiempo tanto un servidor como otros ciegos (que no invidentes) hemos tenido que oir, aunque muy gustosamente, tal vez por lo chirigotesco y parodiable que resultaron.

Alguna de estas anécdotas personales brillaron por lo que de sentido común (estoy ironizando, claro) pudieron tener. Otras situaciones son llamativas por lo típico y repetitivo que a veces llegan a resultar.

Asi que ahí van algunas de mis verídicas historias del día a día.

Una vez recuerdo que alguien me preguntó:

- ¿Cuando un ciego sueña, que lo hace en color o en blanco y negro?

Respuesta:

- Pues mira no lo sé "titi", creo que en super ocho.

No se fue muy convencido, y creo que esa noche soñó conmigo seguro, aunque nunca sabré si en tonos sepias o con agüilla.

Otro día caminaba yo con mi perro guía, de nombre Vino, cuando de pronto dos obreros de unos cincuenta años, a juzgar por sus voces, se quedaron extrañados ante el insólito acontecimiento de tener frente a sus desconcertados ojos a un invidente con un chucho que sorteaba obstáculos. Uno de ellos, en un esfuerzo por clarificarle a su compañero el "expediente X" que estaba aconteciendo, le dijo con voz resolutiva:

- ¡Aaaa! Es que éste es un perro ciego.

Mientras, su amigo asentía asombrado por el descubrimiento. Era evidente que algo pasaba, pero no tenían muy claro el que.

En otra ocasión, un señor al que conozco, muy dado a la vida y costumbres campestres, quiso interesarse por el adiestramiento que habría tenido mi perro, y decidió constatar sus pesquisas preguntándome:

- "A etos perro ze lez enzeñan a baze de hartarlos de palos ¿nooo?"

¡Que bruto el joío!

En la misma línea de cuestiones están las de aquellos que te preguntan sin reparo:

- ¿A este perro lo tienes que amaestrar tú mismo, ¿verdad?

- ¡Sí, hombre! ¡Encima que adiestrar a un perro medio "asalvajao" es técnicamente dificilísimo, hasta para los instructores, "manda coyons" que fuera el mismo ciego el que lo tuviera que llevar por toda la ciudad, a trompicones, perdidos los dos, y con tráfico incluido, hasta conseguir que el perrito sea acto para el trabajo!

Una tórrida mañana de verano, paseaba con Vino cuando de repente un chaval de unos cuarenta años nos abordó en la puerta del todo a cien (en el moro, vamos). Y aunque parezca de tebeo, me preguntó mientras acariciaba al pobre Vino:

- ¿De que marca es el perro?

No pude evitar contestar:

- Pues creo que es New Balance cruzado con Adidas.

Al final nos tomamos una cerveza.

Sucedió que otra mañana (está claro que las mañanas son peligrosas), aún muy reciente la llegada de Vino a casa, el estrés que todavía arrastraba el animalito nos pasó factura a ambos, pues en mitad de una peatonal, se le soltó la barriga, arriando una gran mortelada sobre mi pie, que hasta ese instante lucía una estupenda sandalia de cuero. Al tacto era como una suculenta mousse de chocolate de artesanal textura. Aquello inundaba tobillos, pantalón y manos. Les juro que no había visto tanta mierda concentrada desde la foto de las azores.

Me quedé paralizado y sin un papelito con el que limpiarme. Vino se hacía el tonto, mientras que las tinieblas ensombrecían mi ser. Cuando todo parecía acabado, acaeció que se presentó un Ángel del Señor ofreciéndome unos pañuelitos perfumados. Le agradecí a aquella gentil mujer su auxilio. Lo más increible fue que la señora se llamaba Bienvenida.

- ¡Bien venida sea! - le dije.

¡Coño! La única persona en toda España que debe haber con ese nombre y se había cruzado conmigo. Para que luego digan que la providencia no provee.

A propósito de lo "mierdil", les extrañará que no les haya expuesto esa típica pregunta con retórica que dice: ¿cómo sabe un ciego cuando ha terminado de limpiarse el culo? Pues hija, igual que lo sabes tú cuando estas cagando de noche y de pronto hay un apagón. Aunque con tanto defecado, creo que voy a venderme un super cuponazo a mi mismo, ¡que me toca seguro! Pero volviendo a la inquietud de antes, ¿cómo puede a la gente interesarle lo de el culo, cuando hay misterios sin resolver mucho mas enigmáticos? Como, por ejemplo: ¿cómo es posible que Mercedes Milá, lleve diez años triturando nuestras mentes cañiles con Gran Hermano, y que nadie haga nada para erradicarlo? Yo, que aún estoy en mis cuatro sentidos, propongo que con dinero público la metamos en un Boeing y la soltemos en algún lugar de la Micronesia dos o tres temporaditas por lo menos.

- ¡Aaah... no llores fresita, que verás como vuelve!

También existe un cuestionario clásico al que todo ciego es sometido muchas veces en la vida. Dicho cuestionario puede realizarse en cualquier situación, y sigue un protocolo y una secuencia de preguntas típicas casi invariables, y que tal vez a usted le suenen. Las preguntas son las siguientes:

- ¿Puedo hacerte una pregunta indiscreta?

Uno por deferencia contesta:

- Bueno, venga...

- ¿A tí que te pasó?

- ¿A que te refieres? Porque me han pasado muchas cosas...

- No, me refiero a... ¿qué te pasó en la vista?

¡Ah! Entonces uno le cuenta: bla, bla, bla...

La tercera pregunta suele ser siempre:

- ¿Pero lo tuyo tiene operación?

- Bueno, de momento no.

En este punto, el preguntante suele poner a menudo un rostro de "lastimita". Pero pronto logra consolarse a si mismo explicándote que no te debes preocupar, que la ciencia avanza mucho y rápido. Aquí es cuando te cuenta que a un primo suyo le operaron de no sé qué cosa en un ojo y que quedó muy bien. A estas alturas de la conversación, al entrevistador se le empieza a poner cara de Jesús Quintero, y uno ya comienza a comportarse como "El Penumbra", por lo menos.
La incertidumbre de nuestro querido periodista le lleva a realizarnos aquello que mi amiga gallega catalogó como una "polladiña" encubierta. Me refiero a la pregunta de:- ¿Cómo sabes tú cuando es de día o es de noche?

- ¡Je je! Mira, es que existen unos aparatitos que se llaman relojes, ¿sabes?...

La siguiente inquietud normalmente es:

- ¿Tú que crees que es peor, nacer ciego o que te pase de mayor?

En este punto yo le cuento que a mi me pasó de chaval y que no sé que sería mas traumático. Que se lo pregunten mejor a Jiménez Losantos, que ese por lo visto lo sabe todo.

Ahora vendría la pregunta del milenio:

- Si fueras a Korea del Norte con tu perro, ¿cómo sabría él a donde tiene que llevarte?

- No, yo no viajo a Korea con Vino porque allí se lo zampan con tallarines...

¡Ea! ¿ves? ¡Ya estamos con los prejuicios culturales!

A continuación, e inexorablemente, hacen una pregunta con disertación y cierto cientificismo acerca de las virtudes que cultiva un ciego, diciendo: - Imagino, que tú habrás desarrollado una sensibilidad especial, ya que al perder un sentido potencias los otros, porque claro, porque entonces, los foto-receptores... bla, bla, bla, bla, bla, bla...

Y tú respondes la misma vaina que ya has contado unas tres mil quienientas veces. Sí bueno, más o menos...

El examen suelen terminarlo más que con una duda, con una miriada de elogios y admiraciones hacia uno por ser ciego, aunque hayas estado en chirona en una celda de aislamiento por tráfico de diamantes, o por bajarte videos de La Granja y de La Casa de Tu Vida, que esto si que tiene condena, y encima para luego no poder verlos...

Una tarde acompañaba a mi madre a no se donde, cuando en un momento se nos acercó una conocida suya. Era una señora así rellenita, con una "rebequita" a los hombros. La mujer le preguntó a mi madre algo sobre mi, a lo que mi madre respondió diciéndole que yo era invidente, y se fue conforme. Al rato apareció con otra señora, la cual me rogó que por favor le echara las cartas y que le mirara la salud y el trabajo. Después de alucinar en colores y en blanco y negro, le pedí explicaciones, y me contestó, que si yo era invidente, tendría que poseer poderes psíquicos. Entonces le tuve que aclarar que esos eran los videntes, no los invidentes.

Bueno, ya por ultimo, recordar una anécdota que me ocurrió una noche en un "bareto" en Cádiz. Estábamos allí dos amigas y yo, tomando algo y bailoteando, cuando una de ellas, la que menos confianza tenía conmigo, y que estaba como un queso de payoyo, se me arrimó un poco embriagada por el efecto garrafón, y con tono lascivo pero a la vez inocente me preguntó:

- ¡Oye! ¿Tú como sabrías a la hora de hacerlo donde tienes que introducirla si no puedes ver?

Pensé en contestarle que el truco está en que yo tengo un sistema GPS en el prepucio, pero como me pareció demasiado soez y directo, obté por decirle:

- Si quieres quedamos y lo descubrimos juntos.

Lo que ocurrió luego, eso es harina de otro costal...

Estas fueron algunas de las muchas vivencias que cotidianamente edulcoran mi existencia. orque, ¿qué sería de la vida sin estos aderezos, y sin estos amigos tan expontáneos y adorables? Pues, como dijo nuestro recordado Manuel Summers: "¡To er mundo es güeno!"

¡Ah! ¡Que no se diga! El menú y el aután de la Milá lo pago yo con el dinero del premio...

Escrito por: el Juan An

Hacia el Ocaso de los Ejércitos











Nada mas lejos de mi voluntad queda el hacer un ataque personal hacia los militares, pues no es esa la intención que me mueve. Porque sé que en su mayoría son personas honradas y con humanidad, pero que por simple ignorancia deciden ingresar en estos cuerpos. Este mensaje es más una reflexión sobre el papel que en el siglo XXI juegan los ejércitos como instituciones que son.





LA HISTORIA UNIVERSAL ESTÁ BASADA EN LOS CONFLICTOS.




TODA GUERRA ES UN CRIMEN CONTRA LA HUMANIDAD.





QUIEN NO CREE EN ELLAS NO LAS JUSTIFICA NUNCA.





Sólo cuando los ejércitos desaparezcan para transformarse en campesinado podremos empezar a hablar de paz, una palabra que ha sido desvirtuada, manipulada e incomprendida por los hombres y las naciones. La paz es una profunda vivencia emocional y espiritual, infinitamente mas preciosa que toda concepción que el poder ha creado en torno a ella. La paz es un estado de amor incondicional e indisoluble, que no se puede usar como justificación. La paz no es el polo opuesto de la violencia, sino que a esta la transciende, por lo tanto es una gran contradicción intentar combatir para al fin obtenerla. La paz no es un cristal frágil que se puede romper tras un fracaso diplomático. La paz no es una tregua, ni un alto el fuego, ni ninguna de esas tretas que sólo se han utilizado como estrategia para el posterior rearme. La paz no se logra mediante el combate, porque precisamente su propia naturaleza pacífica impide que sea conseguida mediante instrumentos de lucha.





Hemos de concienciarnos de que nunca ha habido una guerra que fuese justa, porque éstas siempre fueron originadas por el poder, la ambición y arrogancia de emperadores, religiosos, políticos, Generales, Jefes de Gobierno, transatlánticas, etc. Siempre que alguien alza su voz a favor de la abolición de los ejércitos, aparecen personas esgrimiendo manidos argumentos con los que sostener su criterio militarista. Argumentos como: “Si no tuviéramos tropas, ¿cómo nos defenderíamos en caso de que otros países nos invadieran?”. o cuestiones como: “¿De que manera cumplimentaríamos los compromisos internacionales adquiridos para el apoyo y reconstrucción de ciudades destruidas?”. Pero la respuesta es muy sencilla a poco que nos aflore la sensatez humana. Hay que enterrar la idea de que los países desmilitarizados, son un objetivo fácil para los países más beligerantes. Por desgracia, y justamente por causa de la existencia de las armas, todas las naciones, por múltiples razones, representan una amenaza para las grandes potencias. Pero sobre todo aquellas que cuentan con desarrollada tecnología nuclear para uso militar. Un ejemplo es la tensión que existió entre Corea del Norte y E.E.U.U., dos leones que se miran a los ojos. En el planeta aún existen veintidós países sin ejércitos, como por ejemplo Andorra, Haití, Liechtenstein, Maldivas, Samoa, Costa Rica.





Esta república posee una de las democracias mas sólidas y transparentes de América, gozando de un creciente desarrollo social. Es sin duda un paradigma para todas las demás naciones del mundo. Y aunque es cierto que hablamos de pequeños estados, también Israel es un pequeño estado, y diariamente vemos como su ejército tortura sin escrúpulos al pueblo palestino. Es ridículo ese pensamiento ingenuo y absolutamente obtuso por parte de los militares, que les hace sentirse portadores de un bien para su patria, al asumir su defensa militar, y con ese orgullo alimentan su ideal, pero sin tener en cuenta que por la misma posición que ocupan, un día podrían llegar a ser ellos los invasores de algún territorio, porque su gobierno así lo ordene. De hecho, es lo que ocurrió con ese inhumano asedio al pueblo de Irak.





¡Oh, legendaria Sumeria, quién te lo diría!

Hace poco nació una niña muy querida en mi familia, que ha traído felicidad al hogar. Suelo tomarla en brazos y pienso en su futuro, e inevitablemente en el de tantos niños como ella. Y ahí soy consciente de que todos esos minúsculos seres un día pueden llegar a convertirse en soldados de guerra y tener la obligación de matar a otros seres de su misma especie, o ser ellos carne de cañón de algún miliciano. ¿Le parece dramática y exagerada esta hipotética situación? ¡Pues esto sucede todos los días sobre la faz de la tierra! Siempre recordaré la noticia de aquel niño irakí llamado Ali, que al comienzo de la barbarie sufrió la mutilación de sus dos brazos, producida por una bomba. En esa misma explosión murieron su madre y su padre. Desgarrador, ¿verdad? Increíblemente el ex presidente de España y sus hombres, hoy siguen justificando aquellos bombardeos. Curiosamente los mismos que ahora reivindican ante la Unión Europea las profundas raíces cristianas de Europa. El cinismo en estado puro.





Si verdaderamente los ejércitos constituyesen una fuerza solidaria en la ayuda humanitaria, como así lo publicitan los gobiernos, ¿no creen que ya se habría erradicado en gran medida la hambruna y la carencia de recursos para la supervivencia de las comunidades más deprimidas? ¿Para qué necesitan una logística militar, y todo un despliegue bélico, si hablamos únicamente de acciones de paz? ¿No sería más inteligente y resolutivo convertir el fusil en una azada, o aprovechar la eficiente fuerza humana en enriquecer tierras baldías para su uso agrícola? Sí, proponemos una total reconversión de las Fuerzas Armadas en cuerpos especializados en la colaboración para el desarrollo del tercer mundo, reconvirtiendo los ministerios para la defensa en ministerios del humanismo. ¿Le parece utópica la idea? ¿Saben que con el dinero que cuestan veinte aviones de combate podría alimentar a 46 millones de personas? Esta es la cifra real de niños que padecen hambre, sólo en el continente americano. Los beneficios económicos del negocio armamentista en el mundo son escalofriantes. El gasto total de la industria del armamento es de más de un billón de dólares al año, 6 millones de pesetas cada segundo. Hagan ustedes sus propias reflexiones. ¿Saben que España vendió en el año 2005 material de defensa por valor de 419 millones de euros a 48 países, incluyendo algunos en donde se violan los derechos humanos? ¿saben que es la nación del mundo que más munición vende al África sub-sahariana? ¿Saben que el 30% del presupuesto general del estado español, se ha destinado a la investigación militar? Más que el presupuesto invertido en investigación sanitaria. ¿Saben que importantes bancos y empresas españolas han colaborado con las guerras financiando la construcción de las terribles bombas de racimo, obteniendo de ello grandes rentas? Realmente es un negocio redondo al que no se le conocen periodos de crisis, y que interesa mantener.





El mismo G-8 que elaboró una lista de objetivos para la prosperidad del mundo, está presidido por las naciones que más se enriquecen con la industria del armamento, y alguno de esos gobiernos hoy siguen promoviendo guerras civiles en diversos países de África, para luego venderles fusiles y morteros a ambos bandos. ¿No les resulta descaradamente sospechoso que en Afganistán, una nación que está siendo invadida por más de cuarenta países, el cultivo de la amapola para la obtención de opio se halle actualmente en su mayor apogeo? Si el cultivo de la amapola es fuente de financiación para los talibanes, como así aseguran informes oficiales, ¿Porqué la aviación norteamericana no ha destruido ya las plantaciones? ¿Quién desea controlar verdaderamente esto? Siento que somos muchos los que no nos creemos absolutamente nada. ¿Cómo es posible que, pese a los constantes ataques de la OTAN sobre este territorio, surjan cada vez más grupos terroristas talibanes? ¿Podría ser quizá que dichos talibanes no fuesen tales, y que lo que realmente esté ocurriendo en este oscuro y extraño conflicto sea que el mismo pueblo civil, impotente y desesperado ante la provocación de tanto extranjero invasor, se levante en armas para defender lo que es legítimamente suyo? ¿Acaso no se dio este fenómeno en nuestra conmemorada guerra de la independencia, y en todas las demás guerras de carácter colonialista?





Evidentemente, la existencia de los ejércitos no es la única maldición a la que estamos sometidos. Podemos mencionar el terrorismo, la esclavitud, la contaminación, el tráfico de órganos, etc… Pero lo grave que tiene la realidad de dichos ejércitos, es que, a diferencia de estas otras lacras, su presencia no es considerada una iniquidad para la civilización, ni una involución humana, sino que por el contrario es algo bien aceptado, y que es considerado necesario para la consecución de la paz, o de esa gran mentira que los dioses salvadores denominaron “Libertad Duradera”.





Escrito por el: Juan An

El Tao del Blog y de Toda mi Vida


Antes que nada, y por que sé que jode bastante, quiero pedirles disculpas a todos los navegantes que buscando información sobre la Dinastía Ming, han arribado en esta orilla sin conseguir dato alguno. No obstante, este blog está vinculado a China, ya que un servidor es un amante de su cultura, su folclore, y todo su legado literario y espiritual. Tal es así, que la profesión que desempeño de forma vocacional es la medicina tradicional china, y otras terapias afines a esta.


También he de decir, que mis gustos y pasiones no quedan agotados a este lugar de oriente, pues me considero un ser ecléctico, y abierto a cualquier manifestación cultural siempre que posea identidad y estética.


En este escaparate de ideas, podrá encontrar un poco de todo, reflexiones, odiseas profundas del alma, poesía escrita por mí, y una chispa de humor, que tan taoista es, y que ayuda a los músculos faciales a no atrofiarse.


Siendo consciente de que los medios de comunicación, están sometidos a manipulaciones políticas, y a controles por parte de sus patrocinadores, es necesario que en este espacio no haya lugar para las mentiras, ni para las calumnias, por lo tanto nunca diremos cosas como que Felipe González fue el primero que se inyectó foam líquido en los labios, y quizá de ahí venga lo de los chorizos; o como que han visto al periodista César Vidal, cantando alabanzas junto a Aute, Pedro Guerra y Javier Krahe, en un tributo a Santiago Carrillo en la puerta de la mandrágora.


Por supuesto que tendrán cabida afirmaciones como que Naciones Unidas continúa sin tener voluntad de ningún tipo para arreglar el mundo, ya que esta institución sigue actuando bajo los finos hilos del imperio capitalista. Prometo no comentar nada sobre los chupa cabras, o sobre Chem-Trails, porque ciertamente el fenómeno acojona.


Entonces es evidente que es un sitio donde se dirán verdades como puños, pero por favor, me exijo a mí mismo que dichos puños no contengan rosas rojas. Las gaviotas también quedan totalmente excluidas. Es decir, somos mas partidarios del cardo borriquero y del chamariz, que así es como apodaban a mi abuelo. Aclarado pues que no comulgo con religión alguna, ni profeso ideologías concretas, y que no pertenezco a ninguna afiliación política, vamos que no me caso ni con mi padre, será una empresa muy fatigosa, el intentar catalogar mis apreciaciones como rojas, azules, verdes o magentas. El amarillo no lo incluyo, porque este sacro color lo lucía como nadie, mi siempre amadísima Yolanda Ventura Román. En resumen, que el plumero no me lo verán ni en los carnavales que tanto me gustan.


En cuanto a mis personajes favoritos, les contaré que soy un admirador de Lao Tsé, de Chuang Tsé, y por supuesto del Cristo, tal cual, sin lo que hubo antes, ni lo que inventaron detrás. Y sin pretender alegrarle el oído a nadie, me declaro un adorador de la mujer en todas sus expresiones. Añadir que no me gustan las drogas, ni la tortura que sufren los ponys de feria, ni el flamenquito de ahora, ni los dibujos animados de hoy en día. Tampoco me hace gracia la figura de San Pablo, ni antes ni después de que se cayera del caballo. Personalmente pienso que el golpe en el coco tuvo que afectarle el lóbulo temporal, que es el área cerebral encargada de la memoria, pues que pronto se olvidó del mensaje crístico, acomodando su doctrina, a su medida represora y misógina.


Aclarar a este respecto, que afortunadamente en mi corazón no reside el rencor, y que mi principio es el respeto hacia toda existencia, bien sea persona, animal o cosa, y que mi única intención es evidenciar los aspectos que desconciertan de la realidad. Deseo agradecer a Draker su desinteresada colaboración en el diseño de este blog, y digo desinteresada porque no se interesó en el tema cuando le pedí ayuda. Es broma, un saludo afectuoso para él. Gracias a Vino, mi perro guía, por formar un Tao conmigo, y por sacarme de más de un apuro, como mi fiel escudero que es. Gracias a ustedes por leerme, y gracias a un señor con gafas y barba de nieve, por enseñarme a ver en el camino de la vida, que no es más que un agradable detalle en el milagro de la eternidad.

Escrito por: el Juan An.

El Blog:

9 de diciembre de 2008