Premio Babuchazo.

5 de marzo de 2009



Aceptando la sugerencia de un amigo, que se quejaba de que algunos artículos eran muy extensos, he aquí un texto muy cortito, porque lo breve y bueno son dos veces bueno, y además el tamaño dicen que no importa, ¿verdad Falky?


¡Atención! Teniendo en cuenta la lluvia de acontecimientos que anegan los informativos diarios, y que cada vez más, rondan la tragicomedia, hemos pensado en crear un especial galardón para otorgarlo a casos como el de la trama de narcotraficantes en el que se han implicado a futbolistas españoles y agentes de la FIFA, y bautizarlo con el nombre de: el babuchazo pero no de oro, sino de latón.


¡Como ha cambiado el fútbol! Antes nos escandalizábamos por acciones tan inocentes como cuando en un mítico partido, Míchel le puso a Valderrama la manita en el banderín de corner, y ahora las noticias van a ser que misteriosamente a más de un jugador le faltan rallas en la camiseta. Recuerdan al Papa Juan Pablo II, cuando reveló la perlita aquella que decía: “El deporte nos acerca a Dios.” ¡Ay, que babuchazo se habría llevado el Wojtyla en la Mitra, de haber estado entre nosotros!


Para quien no lo sepa, la babucha es un calzado sin tacón típico de los moros, que las madres andaluzas han usado como nadie cuando sus hijos han cometido una trastada. Pues son auténticas expertas en lanzamiento a distancia de babucha. Son tan certeras como un arquero zen, pero al estilo cañí. Que lástima que el zapatazo fallido a ex - presidente Bush, se lo arrojara un periodista irakí, porque si lo lanza mi vecina Carmeluchi, directamente le hace una traqueotomía que le quita todas las tonterías de por vida. Es cierto, la babucha tirada con maestría produce un efecto mutacional increíble.


Cambiando de tercio, también quiero concederle un babuchazo en “to el cielo de la boca” al presentador de los informativos de una conocida emisora de radio, que en el parte de las 15:30, se ha referido a las elecciones vascas llamándolas las “erecciones vascas”, y lo soltó así, a “falo” seco. Lo sospechoso es que cometió el “lapsus” por dos veces. Aunque al ojo que todo lo ve, por supuesto no se le pasó por alto. Siguiendo su terminología, ¿podríamos decir entonces que el nacionalismo ha pegado un “gatillazo“? De momento la respuesta queda en el aire. Lo que si se ve claro, es que entre el Priapismo del locutor y los deseos follarines de Rodríguez Zapatero, esta Iberia nuestra está más caliente que el cenicero de un bingo.


Escrito por: mi perro Vino, que cuando ladra, sube el pan.

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